Con motivo de la enfermedad de su padre, Jean regresa a su casa de la infancia, en una pequeña localidad de la Borgoña francesa, tras pasar varios años ilocalizable. Su familia se dedica a cosechar la uva y elaborar vino, un trabajo que él y sus hermanos, Juliette y Jerémie, aprendieron desde muy pequeños de la mano de su padre. El reencuentro entre los hermanos marcará un periodo en que los tres tendrán que afrontar sus vidas de modo diferente.
Estupenda y reconfortante película francesa, de esas que permiten comprender que las pequeñas y cotidianas historias son a veces las más hermosas.